El Plan B de la élite financiera, si el genocidio vacunal les falla

Antes de nada, aunque parezca un brindis al sol, os deseo lo mejor para vosotros y los vuestros en 2022. Y sobre todo os deseo una resiliencia infinita, una fuerza interior colosal. Porque habréis de ser héroes forzosos.

Y es que 2022 será un año decisivo. Los genocidas ya han sido descubiertos por media humanidad. Incluso por quienes siguen apoyando la vacunación indiscriminada. El otro día, una pariente de unos 55 años de la familia de mi ex-mujer se puso malísima. Tenía todos los síntomas de la Covid incipiente por pauta vacunal completa y por vivir a 80 metros de una gran antena. Y su médico –privado, tiene un seguro sanitario– le recetó N-Acetil Cisteína y Varidasa, un anti-trombótico. Exactamente lo necesario para contrarrestar al óxido de grafeno reducido en sangre. Los médicos conocen el contenido de las vacunas y están recetando antioxidantes. Aunque siguen sin soltar prenda sobre su toxicidad porque quieren conservar su sueldo. Exactamente igual que hace, por cierto, el doctor Sevillano, que ya no habla como médico en La Quinta Columna, sino como ciudadano, por temor a que le retire la licencia el Colegio de Médicos francés.

Los conspiradores jázaros forzarán la máquina vacunal sabiendo que lo tienen cada vez más difícil. Un muro social se eleva frente a ellos. Pero tienen lo que se denomina un Plan B: En caso de no lograr la vacunación general, habrán de desencadenar, y ya se está implementando para encubrirse, una guerra mundial que arrancará en Ucrania y se extenderá a todo el globo hasta enjugar la deuda de 30 billones de USD que han de anular urgentemente. Tengo un conocido desde el instituto, hoy militar retirado, digamos que como oficial de la más alta graduación de EM, que comparte conmigo algunas cosas. Es un hombre de moral militar, de conciencia estratégica deformada por su profesión, pero un hombre brillante. Ningún militar de alto rango ha sido inoculado con GO-r. Tampoco él, claro. Conoce perfectamente la actualidad. Mantiene sus buenos contactos. Me cuenta que las tropas de la OTAN y de Rusia se están movilizando en las fronteras ucranianas para representar su teatro perfectamente evitable. Hace pocos días que lo comenté también con un contacto en Holanda que sigue de cerca las maniobras de Rusia y la OTAN. Siempre organizan las crisis en Europa desde hace muchos siglos. Habrá guerra a pesar de que Putin fue muy claro con su propuesta de paz, que ya conocéis, pero la arrogancia de los psicópatas que dirigen EEUU pretende matar varios pájaros de un tiro:

a) Guerra munífica para el complejo militar industrial y la OTAN, nuclear incluido.

b) Saqueo de los recursos naturales de Rusia, caso de triunfo parcial o total… aunque los rusos no se van a dejar intimidar.

c) Posición estratégica de intimidación frente a China.

d) El Gran Reseteo de la economía mundial.

Por otra parte, la intención es que esa guerra se amplie a todo el globo, como digo. Y las atómicas sucias –las limpias, termonucleares, de neutrones, etc., no estallan– desencadenarán de todas maneras lo que su Agenda 2030 preconiza: una mortalidad brutal precisamente entre los vacunados por interacción de las radiaciones ionizantes y el tóxico vacunal, el óxido de grafeno. Y la causa de la mortalidad seguirá sin imputarse a las vacunas, gracias a los medios de propaganda de guerra. Hasta 2/3 de la población europea podría llegar a perecer a causa de la combinación de los bombardeos de atómicas sucias y el óxido de grafeno. De hecho, llegará un momento en que, de recibir la orden, cada estado hará estallar bombas sucias entre su propia población en lugares bien escogidos. Los vacunados están todos perdidos, en cualquier caso. O mueren poco a poco, al compás de las olas del alfabeto griego entero, o rápidamente. Requiescant in pace en olor de la Agenda 2030.

¿Y nosotros, los rebeldes, los que no nos sometemos a los pinchazos? Las radiaciones moderadas de plutonio no son letales para la gente sana. Jamás lo han sido. Hoy día puede uno pasearse por Chernobyl tranquilamente durante muchas horas. Estaremos jodidos, desde luego, pero no como los vacunados. Habremos de llevar mascarilla en las zonas bombardeadas para no respirar polvo radiactivo. Mira tú por dónde, las absurdas mascarillas serán útiles por fin.

Todo es posible en la locura de la codicia humana. Hemos repetido esta historia una y otra vez a lo largo de los siglos, y seguimos sin aprender nada. Tampoco esta vez aprenderemos. La historia la escribirán los vencedores y no quedará ni el recuerdo de un mundo dónde se podía contemplar un atardecer de otoño, las noches estrelladas y el amanecer junto al mar.

Sé que lo que os cuento es tan desalentador que resulta difícil de asumir. No se lo diría a nadie que no tuviera vuestro nivel de conciencia. Y porque ya hay demasiadas razones para luchar contra estos genocidas y belicistas de un imperio en bancarrota.

FÉLIX UDIVARRI