Españoles: No es la unidad de España, sino su propia existencia la que está en peligro

Que no os engañen con tretas demagógicas los medios españoles, todos vendidos al Gran Capital, ni un minuto más.

España no es otra cosa que el conjunto de españoles que la constituyen como poder soberano. No es el Estado Español. Al contrario. El Estado es antiespañol, al igual que todo estado está contra su pueblo.

La situación de los españoles es crítica ahora mismo. Crítica desde muchos puntos de vista. Pero los medios nos señalan como culpable circunstancial al pueblo catalán, que está en la misma crisis que describiré luego.

No es sólo el idioma catalán… La propia lengua española está en peligro de extinción. Y el que no se lo crea, que observe su entorno con ojos veraces. No es un desastre inminente, a pesar de los desmanes de la RAE y de la corrupción del español en las redes sociales. El castellano no llegará como lengua con uso lingüístico popular ni a finales de siglo. Los colegios ya imparten muchas clases en inglés, y los papás están muy contentos, tanto catalanes como resto-españoles. Se trata de ese inglés de los negocios y la industria, la metalengua de la administración europea. Un inglés limitado y práctico, incapaz de expresar sutilezas culturales, literarias o ninguna clase de pensamiento original. Un ingles impuesto por la cultura norteamericana, cine, música, aviación, marina o tecnología. El inglés nos es hostil, os guste o no.

Otra causa es el problema demográfico candente. La persistencia de los españoles está no ya en peligro, sino casi liquidada. La «pirámide » de edades lo demuestra, como comprobaréis a poca ciencia demográfica que sepáis. La gran empresa multinacional necesita a la mujer como mano de obra e impide la natalidad con toda clase de coacciones. El epicureismo imperante hace el resto. Como remedio para el Gran Capital, la invasión inmigrante ha sido forzada por Europa, que secuestra a los africanos a base de guerras locales de exterminio. Por ejemplo, Boko Haram ha desplazado millones de personas hacia el norte. Y ahora mismo, son los propios guerrilleros de Boko Haram los que emigran por el mismo camino, tras ser derrotados, una vez cumplida su función asesina y violadora, por los paracas franceses. Actualmente existen mercados de esclavos en el norte de África, en la extinta Libia. Espero que seáis conscientes de lo que significa como atraso social.

La Unión Europea es un agente destructor de los españoles y del resto de pueblos de la península Ibérica. Es la realización del imperialismo alemán sobre todo su entorno. Por cierto, Alemania no dominará en lengua alemana, sino en inglés. Ni siquiera su lengua sobrevivirá en el futuro en ninguna de sus variantes o dialectos.

Los pueblos europeos tampoco tienen nada que ver con sus estados. Pues todo estado es enemigo de sus pueblos. Europa está cumpliendo todo lo previsto por el Plan Kalergi.

España ha perdido su soberanía económica. La integración al euro ha sido devastadora. El libre mercado no existe, intervenido por el Estado en favor de las multinacionales y de sus propios intereses políticos y funcionariales.

¿Somos europeos? Claro que sí. Pero para salvar Europa, cuyos pueblos están en peligro, hay que salvar a España y todos y cada uno de sus pueblos. Para ello debe regresarse a un pasado remoto. Los tiempos de los reinos, condados y señoríos con su autonomía económica, sus fueros, su fiscalidad, sus fronteras y muchas veces, su propia lengua. Aunque esto sea considerado por muchos un atraso, permitía entonces tener autonomía respecto a las coronas, que debían jurar expresamente los fueros de sus territorios súbditos.

La llegada de los borbones, a la muerte de Carlos II, fue un desastre por sus modos totalitarios afrancesados. Costó una guerra en toda la península con levantamientos populares en todas las periferias importantes, como Portugal o Cataluña. El País Vasco se dividió jugando a la puta Ramoneta, igual que la Guerra Civil.

Las Cortes de Cádiz tuvieron que imponer con el ejército su Constitución de 1812, porque el pueblo se opuso, defendiendo los comunales que deseaba expropiar el Estado, los concejos municipales y la libertad.

El fascismo es antipatriota, pues ha estado siempre contra el pueblo. Negaban la esencia de la cultura española: la libertad de los pueblos, es decir: de todas y cada una de sus personas. Franco destruyó cuanto pudo las diferencias culturales no ya catalanas, sino de cada rincón de España. Expropió tierras y empujó a sus gentes hacia las urbes para trabajar en la industria, llevándolos a una vida miserable y sin libertad.

La Transición pareció hacer concesiones con el rollo de las autonomías, pero el truco consistió en copar con los partidos todas sus instancias de poder. Es decir, cada autonomía se constituyó en una depredadora de sus ciudadanos en nombre del Estado.

El PSOE siempre ha sido un partido ajeno a la cultura española. Desde su nacimiento. Iguala en maldad a la derecha, de la que al menos conocemos su egoísmo y desvergüenza. Legisla sobre todos los aspectos de la vida privada y grava a la población con impuestos impagables. La deuda de cada contribuyente español llega a los 110.000€ de media. La extrema izquierda se ha montado en la burra del inconformismo del 15M para controlar sedicentes. VOX es un partido tampón para neutralizar a los españoles que se ven aherrojados por el Estado y por la pérdida de sus singularidades populares. Menudo error. VOX es estatalista tanto o más que otros partidos.

De modo que aquí no queda más remedio que la revolución total, revolución que ha de empezar por la personal cuya receta está clara: Todos los cambios sociales que quieras hacer, hazlos ya mismo en tu corazón.

Abundaremos pronto en las soluciones que entrevemos no ya para la vida en el campo, que está clara, cooperación y comunal, sino en las ciudades, que es donde vivimos la mayoría de los españoles.

Salud y acracia.

 

ÁCRATAS

 

(Las imágenes corresponden al Somorrostro de Barcelona y a la estación de embarque de emigrantes, el tren de la miseria, que partía de Jaen.)