La Unión Europea es un fraude. Ni es unión, pues margina y explota a los países pobres, como España, Portugal, Irlanda o Grecia; ni es Europa. Europa empieza en Gibraltar y termina en los Urales. Es decir: Europa ha de incluir forzosamente a Rusia. Sin embargo, la UE se esfuerza en servir no a los europeos, sino a los intereses anglosionistas de banqueros y multinacionales. Y lo hace porque está secuestrada desde el fin de la II Guerra Mundial por la OTAN, que es el ejército norteamericano mantenido con el dinero de todos nosotros para que holle nuestro suelo con sus botazas, anule nuestros ideales con su enciclopédica ignorancia y mantenga sus misiles, cada vez más cerca, apuntando a Rusia (misiles que, todos lo sabemos, pueden volverse contra cualquier nación europea que ose oponerse a su brutalidad de carniceros, ya demostrada en Serbia).
Por si fuera poco, Europa consagra la partitocracia y la inseparación de poderes: los grandes bloques, Popular y Socialista, arrollan a los demás partidos y cualquiera de sus iniciativas; y el gobierno europeo no es elegido democráticamente, así como tampoco lo son los tribunales de justicia.
A los que realmente mandan les da igual quien gane: o lo compran o lo matan. De esta podredumbre anti-democrática sabemos un rato largo en España, pues en el 78 nuestra Constitución imitó, por imposición de la CIA, lo peor de la partitocracia europea: la inseparación de poderes y el disgregador, egoísta, autonomismo de Alemania.
La actitud de Europa en Ucrania, apoyando la crisis creada por EEUU contra Rusia, a pesar del costo económico y social que puede conllevar para los europeos, es no ya lamentable, sino constitutiva de delito: ha apoyado un golpe de estado Neo-Nazi, ha depuesto a un gobierno electo, expulsado del país al presidente de la República, financiado las revueltas y los crímenes en todo el territorio de la vieja república rusa y propiciado un verdadero tsunami de rusofobia por toda la Europa comunitaria como no se recuerda desde la Guerra Fría.
Por todo eso:
Ante la convocatoria electoral europea del 25 de mayo, nuestro consejo es que NO VOTES. Votar, incluso en blanco, es validar el sistema. Se trata de repudiarlo en su totalidad y en su raíz con la abstención consciente, responsable y cívica.
VOTAR ES ASUMIR LA BUROCRACIA PARTITOCRÁTICA Y SUS CONSECUENCIAS: EL PAGO DE LA DEUDA PÚBLICA ODIOSA, LOS CRÍMENES DE LA OTAN, EL IMPERIO DEL PETRODÓLAR Y LA ESQUIZOFRENIA RUSÓFOBA.
NO VOTAR ES UN ACTO DE FUERZA Y REBELDÍA. NO VOTAR ES REAFIRMAR TU LIBERTAD. NO VOTAR ES DECIR NO AL RÉGIMEN, NO A LOS RECORTES, NO AL LIBERALISMO, NO A LA BANCA, NO A LOS DESAHUCIOS, NO A LOS DESPIDOS, NO AL FMI Y NO A LA INJERENCIA DE LOS EEUU.
Pero si, impelido por un ardor casi sexual hacia la raja de la urna, no puedes evitar ir a votar, por lo menos no apoyes ni al PPSOE ni a ningún otro partido que haya tenido el poder en alguna autonomía española, tales como CiU, PNV, ERC, BNGA...
Si, por las razones que sea, votas a uno de esos partidos que nos vacían los bolsillos: sea porque practicas el voto útil, tienes carné de una de esas mafias, quieres que te vean coger la papeleta tus vecinos, mantienes una ideología homologada, eres un funcionario agradecido, un separatista acérrimo, un jubilado creyente (crédulo) con una pata aquí y la otra allá, o te gusta haber votado a los que ganan como si unas elecciones fueran una apuesta en el campeonato de Liga,… no nos lo cuentes. Gracias.
ÁCRATAS