A nadie que conozca el Principat se le escapa que las elecciones catalanas de 2012 pivotaban sobre dos ejes sin relación alguna entre sí: los recortes sociales y la independencia. Desde estos dos puntos de vista los resultados no pueden ser más claros, aunque los medios de comunicación, tributarios todos de intereses financieros espurios, los oculten, y cuenten absurdidades infumables.
El claro análisis de los resultados electorales de cada partido, según estos dos ejes, es el siguiente:
Los 50 diputados de CiU son absolutamente de derechas, pero su independentismo es solamente aparente. Su razón de ser es el robo, y la independencia no garantiza poder afanar más.
Los 21 diputados de ERC son de izquierdas y absolutamente independentistas.
Los 20 diputados del PSC son de izquierdas pero nada independentistas.
Los 19 diputados del PP son neoliberales de derechas y absolutamente centralistas.
Los 13 diputados de IC son de izquierdas y neutros en cuanto a independentismo.
Los 9 diputados de Ciutadans son de centro y absolutamente anti-independentistas.
Y los 3 diputados de la CUP son absolutamente de izquierdas y totalmente independentistas.
De modo que el nuevo Parlament es ligeramente de derechas y no independentista. Se mantiene lo que ya era, aunque en peores condiciones que antes de las elecciones, con 11 diputados que sustenten las políticas de recortes menos (69 recortando contra 66 protestando). En cuanto al independentismo, no lo sustentaría ni la mitad de los diputados. ¡Y menos tras este fracaso electoral abrumador de CiU!
Diga lo que diga el mentiroso de Mas, su política al frente de la Generalitat será:
1.- Seguir recortando derechos. Se apoyará en el PP, como cada vez que ello ha sido posible. La derecha catalana siempre ha sido más derecha que soberanista.
2.- Olvidarse del independentismo, cuyo fingimiento en campaña tan caro ha costado a su coalición. Se limitará a seguir con el victimismo botifler ante Madrid, puro teatro, tal como acostumbra su casta de depredadores de los Pressupostos Generals.
Y no hay más que hablar. CiU gobernará en minoría. Es posible que el sinvergüenza de Mas –que, siguiendo el abominable modelo zapaterino, ni se plantea la dimisión ante su fracaso político– sea investido en primera vuelta por los pringados de ERC –no porque se tome en serio su chalaneo verbal, sino a cambio de alcaldías y cargos menores. Si no, lo investirá su propio partido en segunda vuelta por mayoría simple.
Su política seguirá siendo neoliberal, y se apoyará en el PP en todas las cuestiones económicas. Y también continuará con su fascio-nacionalismo amparándose en ERC para las cuestiones lingüísticas e identitarias. Y el resto de fuerzas políticas, a rabiar y a denunciar la realidad del corruptódromo catalán porque no les dan participación.
La misma martingala de siempre.
MESS