Entre sus filas, aseguran, hay anarquistas —doctrina que propugna la desaparición del Estado y de todo poder—, pero ellos quieren instaurar una nueva Constitución. Se definen como pacíficos, pero no pacifistas y aseguran respetar “otras formas de lucha”. Son ecologistas, antineoliberales, anticapitalistas, antimonárquicos y democráticos.
Son los miembros —sin cara conocida que mostrar al público— de la Plataforma ¡En Pie! que ha puesto en marcha la convocatoria Ocupa el Congreso que, el próximo 25 de septiembre, rodeará la Cámara Baja con el ambicioso objetivo de “conseguir la dimisión del Gobierno en pleno, la abolición de la actual Constitución [impuesta, a su juicio, por los herederos de la dictadura franquista] la redacción de una nueva Carta Magna y la derogación inmediata de los recortes y las reformas en contra del estado de bienestar tomadas con la excusa de la crisis”.
Entre sus metas, además, “paralizar de forma inmediata todos los procesos de desahucio y la puesta a disposición de la sociedad, y a precio de alquiler social, de las viviendas en propiedad de los bancos que han sido ayudados con fondos públicos”.
Estas son solo algunas de las señas de identidad que la Plataforma En Pie exhibe en el documento base redactado como tarjeta de presentación para una convocatoria que cuenta ya con miles de seguidores en las redes sociales Twitter y Facebook y al que se han unido -algunos para desvincularse después- numerosos movimientos ciudadanos.
El 15-M, o su asamblea representativa, fue de los primeros en apartarse de un acto que, consideran, no comparte el espíritu con el que ellos afrontan la necesaria reforma social. Otros, grupos radicales de extrema derecha a los que diferentes medios de comunicación vincularon por el carácter ‘golpista’ del acto, han quedado fuera (si es que alguna vez estuvieron dentro) cuando el documento base se reformó para incluir la “memoria histórica de las víctimas del franquismo” y dejó al margen a las de, por ejemplo, Paracuellos.
Concebido como una convocatoria abierta, pacífica y respetuosa, sus convocantes —prefieren no dar la cara ni su identidad porque están fichados— aclaran que , a pesar del nombre del acto —Ocupa el Congreso—, no es su intención ni entrar en el Congreso -saben que sería un delito- ni atacar o impedir la entrada de los diputados.
La Policía, por si acaso, prepara las medidas de seguridad necesarias para hacer frente a una manifestación para la que, según confirman los convocantes, no se ha pedido permiso y que, dada la naturaleza ‘abierta’ del acto, puede acabar de muy diferentes formas… y no todas buenas.
¿QUIÉN PUBLICA ESTE ARTÍCULO
EN UN GRAN MEDIO EL 6 DE SEPTIEMBRE?
NOTA DEL EDITOR: No, el artículo no es de ninguno de nuestros colaboradores. Ciertamente, es equilibrado. No carga las tintas ni a favor ni en contra. Pero es más bien favorable a la acción. ¡Y hasta enlaza con el «documento base» de la convocatoria de la plataforma En Pie! No menos importante es que garantiza que en el movimiento «no hay fachas». No está mal para tratarse de un gran medio (esto es una pista). Ahora bien, ¿qué medio? Venga, adivinadlo sin mirar el enlace… La solución, inmediata para buenos jugadores, no la adivinarán nunca los malos, por buenas personas que sean.